Jesús Labajo Yuste (Córdoba, 1973), el arriero, es el autor de los textos publicados en La Acémila. Es aprendiz de mucho y maestro de nada. Y el noble arte de la escritura le llama de vez en cuando, acude cuando puede.
La Acémila nace con un doble propósito. En primer lugar, reunir los escritos que hayan obtenido algún tipo de reconocimiento en concursos y certámenes literarios o, simplemente, que hayan sido presentados; y en segundo lugar, el más importante para el autor, compartirlos por si algún caminante que llegara a descansar por estos lares pudieran interesarle las historias que encierran.
La Real Academia Española define la palabra acémila.
(Del ár. hisp. azzámila, y este del ár. clás. zāmilah, bestia de carga).
1. f. Mula o macho de carga.
2. f. asno (‖ persona ruda).
3. f. Cierto tributo que se pagaba antiguamente.
Esta página web pretende cargar los escritos de el arriero como buena y noble bestia que es. A La Acémila no le importa si son buenos, malos o regulares, ni si están o no premiados. Ella no entiende de esos afanes ni falta que le hace, pero, fiel a su arriero, los acarreará por las veredas y los caminos digitales del siglo XXI o hasta donde fuera menester. Y se conformará al final del día con una buena ración de pienso, agua fresca y una caricia sincera de el arriero .
Para cualquier asunto contacto@elarriero.es
Chapó, o mejor dicho…Óle
Bienvenido, Miguel Ángel.
Y gracias por tu mensaje y tu rapidez 🙂
Gracias!!
Noble camino
Gracias
Sergio y Carlos, bienvenidos y gracias.
Hola, arriero, me encanta el contenido y el formato de la página, enhorabuena y adelante con tu(s) proyecto(s), recibe una caricia sincera de este humilde caminante 😉
Salva, caminante, bienvenido y agradecido por tu caricia y tus palabras sinceras.
Ha sido un grato placer descubrir casualmente tus relatos, arriero. Eres bueno. Muy bueno.
Arrieros somos… Un cordial saludo y una palmada cariñosa para esta acémila.
Daniel, me alegro que la casualidad te haya traido por estas «vereas» digitales.
Agradecido por tus palabras, recibe saludos de la acémila y míos.