Íbamos el otro día en uno de nuestros paseos «rutinarios», que no tienen nada de eso porque para mí todo es nuevo, cuando a lo lejos, en mitad de una laderilla y hecha una bola entre hierba seca, mi Arriero vió algo. «¡Una manta!», soltó cuando estuvimos lo suficientemente cerca como para distinguir de qué se trataba.
Ni corto ni perezoso mi Arriero me amarró a un almendro incipiente y se dispuso a inspeccionar la manta y darle un limpiaillo con la vara, a cada golpe saltaban cantidades ingentes de «caíllos» y polvo, un olor penetrante llegó hasta mi hocico. Según Jesús, era el olor característico del zorro, un animal que todavía no conozco pero del que ya sé como huele.
Después de la limpieza, Jesús se acercó hasta el almendro donde me había amarrado, me quitó la cincha, me presentó la manta para que la oliera y la viera, me acarició el lomo y me colocó la manta del zorro con cuidado porque sabe que todavía soy muy asutadiza. Por último, un buen apretón de cincha de nuevo y lista.
Lo curioso del caso, según Jesús, es que llevaba algunos días diciéndome que necesitábamos una manta vieja para seguir con mi proceso de «aclimatación a la carga», pero que él no tenía ninguna.
«Arre, arre Sierrita»…iniciamos la marcha y mi Arriero me contó no se qué de la «Ley de atracción del pensamiento» y de una película que había visto, «El secreto», y continuamos nuestro camino en silencio, yo con una manta con olor a zorro y Jesús con una sonrisa de satisfacción.
Eres tan preciosa que cualquier trapito que te pongas te sienta bien.
Tú confía en tu Arriero que él nunca hará nada que te pueda perjudicar.
Besitos guapa
Sierrita, dicen que cuando se piensa mucho, mucho, en algo o en alguien, de alguna forma místico-cósmica, ese algo o ese alguien acaba encontrándote.
Yo tengo que confesarte que no sé si esa ley se cumple o no…pero fíjate, parece que en vuestro caso, sí.
Pues sabes…? me gusta la idea de que esa ley funcione, o de que el proverbio ese de que «todo se nos irá dando por añadidura» , parece que se haya cumplido.
Quién sabe..! Si todos nos pusiéramos a desear….
Tu amigo Cuentamontes tiene razón: eres tan joven y tan guapa que todo lo que te pones te sienta bien.
Por cierto… Sierrita, cuéntanos; ¿a qué huele un zorro…?
Yo no lo sé..!
Ay Sierrita, qué ganas de conocerte tenemos ya. Dinos qué te gusta que te preparemos un regalito de Reyes, ijá, ijá, ijáaaaa….
Cuentamontes, que bien me miras 🙂
Besos búrricos
Polvorilla, un zorro tiene un olor intenso, muy fuerte, es una mezcla de animal salvaje y naturaleza en estado puro…o algo así, todavía mi repertorio de olores es muy pobre y no te lo puedo comparar con otro, si es que tiene comparación.
Mi Arriero dice que si no has leído «El perfume», que seguro que sí, lo hagas.
Me ha dicho también que en nuestros próximos paseos se va a llevar el libro para leerme fragmentos de olores…
Besos búrricos
PS: http://es.wikipedia.org/wiki/El_perfume
rafatours, para mí si venís a conocerme ya es un regalo no necesito nada más, prefiero el cariño a las cosas materiales.
Veo que conoces algo mi lenguaje asnal.
Besos búrricos