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Del Guarnon al Barranco de San Juan porteando esquis

Tres esquiadores de montaña, Pablo, Paco y Pepe, tienen un plan para el dos de abril (jueves santo): calzarse los esquís de montaña en la Hoya de la Mora en Sierra Nevada, tirar «parriba» hasta el collado de la Carihuela y luego seguir hasta el Cerro de los Machos y, desde su cumbre, bajar esquiando el majestuoso valle del Guarnón hasta donde la nieve lo permita para terminar saliendo por el Barranco de San Juan en Güéjar Sierra. Todo un plan exigente. «¿Y qué hacemos con los esquís y las botas cuando se termine la nieve?» – se preguntan. «Pues qué vamos a hacer, cargarlos a la espalda…» Pero he aquí, que uno de los tres, Pablo, buscando info de la ruta por internet localiza a el arriero, que puede acarrear con un burro todo el material de esquí y las mochilas por la Vereda de la Estrella…Pablo contacta con el arriero, acuerdan los pormenores del asunto y…

Jueves 2 de abril de 2015.

A las 9:30 salen desde la Hoya de la Mora Pablo, Paco y Pepe con los esquís de montaña calzados. El día se presenta magnífico, sol de primavera y cielo azul de Sierra Nevada…

A las 11 de la mañana sale el arriero con Lagún, un perro pastor vasco y Charcón, un burro andaluz aparejado con angarillas para bajar los esquís de montaña, las botas y las mochilas de Pablo, Paco y Pepe, de la Huerta el arriero en Güéjar Sierra. Tras cruzar el pueblo y charlar con varios vecinos, el arriero, Charcón y Lagún se dirigen hacia el Barranco de San Juan. La primavera se manifiesta por todos lados: floraciones de cerezos, hierba fresca, canto de pajarillos, chorrerillas de agua, olores…y sol, mucho sol…

A las 4 de la tarde han acordado verse en el punto de encuento, el enlace de la verea que baja del Cortijo del Hornillo con la Vereda de la Estrella, a tiro de piedra de las ruinas de «La Estrella» y el río Guarnón.

Pablo, Paco y Pepe, los esquiadores de montaña, siguen avanzando por la alta montaña de Sierra Nevada, mientras, el arriero, Charcón y Lagún hacen lo propio por la Vereda de la Estrella. Por arriba, se disfruta de las altas cumbres nevadas y horizontes mediterráneos y africanos infinitos, por abajo, del rumor del río Genil, la primavera verde y las vistas nevadas de los colosos de la Sierra, la Alcazaba y el Mulhacén.

A paso de burro andaluz, sin prisa pero sin pausa (salvo las necesarias para carear la verde hierba fresca) y con la fiel compaña del perro pastor vasco, llegamos al punto de encuentro el arriero y Charcón. Son las 3 de la tarde. Llega la hora del descanso y la espera. Charcón no pierde el tiempo y desde el primer momento no levanta el hocico del suelo y se dedica a sus pastos serranos… el arriero saca de la talega las viandas preparadas la noche de antes y también da cuenta de ellas, y Lagún, educado al máximo, espera a que el arriero comparta con él lo que este considere oportuno… Bien comidos, aunque Charcón sigue en el empeño, se dejan llevar por la caricia del sol a los brazos de morfeo…pedazo de siesta serrana!!!

Mientras, nuestros esquiadores de montaña hace un rato que, tras disfrutar de una magnífica y salvaje esquiada, llegaron a la cota de nieve (2.100 metros) en el valle del Guarnón y se han echado los esquís a la espalda. Ahora toca llegar a la acequia y luego a la verea que baja del Cortijo del Hornillo y llegar al punto de encuentro. A veces los horarios en montaña se alargan, y son las 7 de la tarde cuando Pablo, Paco y Pepe llegan hasta donde estamos el arriero, Charcón y Lagún. Sin perder tiempo, y tras los oportunos saludos, cargamos a Charcón e iniciamos camino. Los tres esquiadores de montaña primero y nosotros después. Quedamos con ellos en el Barranco de San Juan dentro de dos horas y media. Nosotros vamos a paso de burro andaluz cargado y ellos a paso de montañeros sin carga…
El atardecer nos pilla a medio camino por la Vereda de la Estrella, las sensaciones son idescriptibles, las vistas, sobre todo si echamos la mirada atrás, espectaculares, el silencio, absoluto, y la soledad, la soledad reconfortante. Por encima de la Vereda, algunas cabras monteses, curiosas y timoratas, se asoman a ver al peculiar grupo formado por el arriero, Charcón, un burro andaluz cargado de esquís, y Lagún, un perro pastor vasco que detecta su presencia de inmediato…Y luego vino la noche y con ella la luna llena del jueves santo, que nos escoltó con su luz lunática hasta alcanzar el Barranco de San Juan a través de un puente de madera con el clamor del agua de montaña bajo sus vigas…Y sentados sobre una piedra en la penumbra de la noche, Pablo, Paco y Pepe, los tres esquiadores de montaña…

«Arrieros somos y en el camino nos encontraremos»

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el arriero: