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Nuestro primer porteo oficial por la Vereda de la Estrella hasta Cueva Secreta. 3 mochilas de tres montañeros de Córdoba llenas de material de montaña para intentar afrontar la «Norte» de la Alcazaba. El viernes por la tarde nos encontramos con nuestros clientes en el Barranco de San Juan, la lluvia había dado una tregua, aunque el cielo no presagiaba nada bueno…
Los tres montañeros con cómodas mochilas de ataque iniciaron la marcha mientras nosotros terminábamos de cargar a Cartujo, el mulo. Nos veríamos en Cueva Secreta. Durante el trayecto tuvimos que parar en alguna ocasión para reajustar la carga, a mitad de camino la lluvia hizo acto de presencia, en una de esas paradas el granizo también…poco a poco la temperatura comenzaba a bajar, pero la espectacularidad del recorrido y lo solitario de la Vereda de la Estrella compensaban la metereología adversa.
Con las últimas luces de la tarde llegamos a Cueva Secreta donde nos esperaban los tres montañeros a los que les entregamos las pesadas mochilas, junto a botas de alta montaña, piolets, esterillas…
Descargado el mulo, y tras alguna vicisitud que otra, emprendimos el camino de vuelta con la noche ya metida, calados hasta los huesos y una ventisca de nieve de las que curten…llegamos a Guéjar Sierra de madrugada.
El domingo salimos temprano de la Huerta el arriero para llegar a Cueva Secreta a la hora acordada con nuestros clientes, entorno a las 11 de la mañana. El día nada tenía que ver con la tarde del viernes. Sol, atmósfera limpia, vistas magníficas, hierba, flores, nieve recién caída en las cumbres…la primavera en su máximo apogeo pero en una rara suerte de invierno tardío…Con Cartujo descargado en menos de 4 horas estábamos de nuevo en Cueva Secreta, donde nos esperaban los tres montañeros con todas las mochilas preparadas para cargarlas de vuelta.
Con unos rosquillos de por medio, departimos brevemente con nuestros clientes que no pudieron realizar la escalada a la Alcazaba por el temporal que había azotado la zona desde el viernes por la noche y todo el día del sábado. Sí que disfrutaron de crampones y piolets puesto que llegaron hasta la Laguna de la Mosca en unas condiciones de nieve inmejorables. Mientras que nosotros, Antonio y Jesús, los arrieros, desayunábamos alguna vianda regada con un buen trago de vino de la bota, los montañeros iniciaron la marcha en busca del Barranco de San Juan y las correspondientes «servesitas» con tapa granadina incluida en el bar del Barranco…
El camino de regreso con el mulo Cartujo bien cargado, las vistas, el rumor del agua que corre por doquier, el olor de primavera, las cumbres nevadas, la paz del camino y una temperatura fresca pero agradable, fue una auténtica delicia para los sentidos y el espíritu.
Ya en el Barranco de San Juan, entregamos las mochilas. Los clientes quedaron satisfechos, nosotros, por supuesto, también.
Encantados de ser arrieros, un oficio duro pero lleno de vivencias, paisajes, paisanajes y aventuras…
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4 Rebuznos en A Cueva Secreta por la Vereda de la Estrella